domingo, 29 de noviembre de 2009

A new bilingual? story coming soon

Intro a RADIO

Mi terapeuta me recomendó que escribiera. Me recomendó que escribiera sobre lo que no podía decir o hacer en mi vida real. Que imaginara. Que no me dejara tragar por la Historia y escribiera MI historia para hacerle frente a la grande con letra mayúscula. Bueno. Así empecé con este tratamiento. También me dijo que después de atar mis ideas a un papel las podía grabar o llevar a cabo, pero el objetivo era que salieran a tomar aire.
En principio pensé en un diario de viaje, de ruta, no convencional, yo no conozco ningún otro lugar más que esta ciudad piojosa. Pensé en un diario interior con noticias para mí solo, yo sería el reportero, el editor, el publicista, el diariero. En otro principio, sin embargo, fui un poco más audaz y llegué más lejos, pensé en una radio, sería, en tal caso, productor y guionista, conductor y columnista. ¡No tendría que recibir órdenes de nadie! Seguiría las mías propias, no las mías influenciadas por ajenas. Como el objetivo era que mis ideas salieran a tomar aire para que dejaran de ahogarme, confirmé mi idea de la radio.
Ahora necesitaba una otra idea. Escribiría los guiones de lunes a viernes, el sábado los revisaría, y el domingo grabaría el programa. Pensé en el domingo porque es el día más aburrido que pueda haberse establecido. Me mantendría ocupado, y si tengo éxito, me dije, les haría más llevadero el domingo a otros pobres abatidos por un fin de semana, quizás, más insoportable que los días que se enfilan detrás del temido lunes.
Pensé en un nombre tanto para la radio como para el programa. Dos nombres. Ya que era asiduo de la literatura, las bibliotecas, las ferias de libros, las tertulias literarias, los patios de lectura, los lanzamientos editoriales y las paredes decoradas con grafittis, me volqué por un título rimbombante, esos que emocionan hasta la inflamación del hígado. Audiencia toda, tengan la bienvenida a… Domingo Literario.
¡Eureka! Ya asomaba y se pavoneaba de tener nombre éste, mi programa de radio. Para evitar complicaciones innecesarias, no comenzaría por el principio, contrario a lo que los cuenta cuentos enseñan, sería como una persona a quien le recomiendan escuchar tal o cual audición ya una vez pasada un par de la misma.

El turismo y la hospitalidad

Procederemos a explicar ahora cómo comportarse en Londres, capital del Reino Unido, Gran Bretaña, e Inglaterra.
Hemos decidido dar este paso en materia de turismo y hospitalidad ante el pedido unánime de las víctimas de tanto desprecio, falta de relativismo cultural y educación. Nos estamos refiriendo a los ingleses, obviamente.
Luego de haber visto y analizado miles de horas de filmación producto de cámaras de seguridad en lugares estratégicos de la cautivante London, hemos aquí establecido ciertas normas de convivencia para que un argentino de paso por Inglaterra siga al pie de la letra y disfrute tanto él como los residentes de su estadía por las islas del Viejo Continente.

Cuando llegue al AEROPUERTO INTERNACIONAL que le toque en suerte en Londres y se disponga a pasar por el control aduanero, NO se queje porque tiene que hacer cola, una diferente de la que utilizan los ingleses o de la Unión Europea. Siga avanzando en fila, no en masa, sino en FILA. Recuerde completar el formulario correspondiente previa lectura atenta de las indicaciones allí impresas. NO están solamente en inglés, esa excusa no le servirá aquí. Puede leerlas en español sin darse cuenta que no está en su país sudamericano.

Ya en la zona del aeropuerto que se le indique mediante flechas, carteles indicadores, mapas, personal capacitado, NO pretenda ser el primero en recoger su equipaje, NO piense que usted no será escaneado, ni imagine que lo dejarán pasar con dulce de leche, 300 cm3 de agua de colonia, una tijera de podar o una butifarra casera. Las regulaciones que prohíben el ingreso de embutidos, productos no envasados al vacío y etiquetados, líquidos que superen los 110 cm3 o elementos punzantes y cortantes en el equipaje de mano son aplicables a TODOS los pasajeros. Queda claro, entonces, que los argentinos, se hallan bajo estas normas también.

Una vez que arribe al hotel incluido en el paquete turístico que adquirió, NO insista con la velocidad de la puerta giratoria de acceso. Las mismas poseen un mecanismo de rotación que es independiente de la velocidad y ansiedad del ser humano. No por mucho apurarse, se entra más temprano. Sea paciente, espere, no atasque la entrada pretendiendo entrar usted, su esposa, sus hijos adolescentes y las cinco valijas que carga de una sola vez. Le recordamos para su tranquilidad: el hotel no se esfumará, la puerta no se transformará en un muro impenetrable. Sea paciente, espere, pase de una persona o dos por vez.

La norma que aquí antecede es aplicable también al uso del ascensor. NO se crea con derecho al uso irrestricto del mismo. Por favor, lea, mire, respete el límite de capacidad, permita que los huéspedes del mismo hotel en el cual usted se aloja (significa esto que ambos pertenecen al mismo conjunto) abandonen el ascensor en primer término, y luego, solamente luego ingrese usted con tranquilidad y decoro.

Sabrá que por lo general el desayuno está incluido en la tarifa que ha abonado en concepto de estadía. Es común que se trate de un servicio de buffet por llamarlo de alguna manera donde es Ud el que se sirve primero para luego ubicarse en alguna de las mesas destinadas para la bella actividad de disfrutar de un rico desayuno. Sin embargo, debe ser cauto y seguir nuestras líneas de acción: si bien puede optar por servirse generosamente NO es necesario NI obligatorio que consuma todo el café, leche, yogur, tostadas, jugo de naranja y manzana. Tampoco es aconsejable que guarde en su cartera varias unidades de medialunas, manzanas, bananas u otras opciones para su deleite EN el comedor del hotel.

Seguramente querrá tomar el underground o tube (subte) para llegar a los puntos obligados de la capital inglesa. Pues bien, este servicio proporciona grandes ventajas para TODOS los usuarios (los ingleses no quedan excluídos ni los argentinos exclusivos) si se lo utiliza de forma responsable y ordenada. Bien, ni bien descienda a alguna de las estaciones de sus más de doce líneas, tome un mapa LONDON UNDERGROUND TUBE MAP, los cuales son fácilmente reconocibles y se hallan al alcance de todos. NO tome todos los mapas disponibles para traer de recuerdo a la Argentina. En Buenos Aires no serán de mucha utilidad. De ninguna. Tenga en mente la estación donde desea dirigirse y cerciórese del sentido que desea tomar en la línea ya que estas pueden dirigirse hacia el norte (northbound), sur (southbound), este (eastbound) u oeste (westbound). De todas formas, existen grandes carteles con representaciones parciales del mapa del sistema subterráneo. Pase por el molinete la tarjeta de pase diario ya previamente adquirida o no, y tome la escalera mecánica. Es necesario recordar que el subte NO es gratis para argentinos, NO es gratis para nadie. Se debe abonar y en lo posible con cambio. Sea amable. Espere su turno. Una vez del otro lado del molinete electrónico y ya dispuesto a descender por la escalera mecánica asegúrese de lo siguiente: si no desea bajarla caminando, PÁRESE Y QUÉDESE PARADO EN FILA sobre la izquierda de la escalera. Verá que TODOS los usuarios hacen fila, NO AVANCE NI BLOQUEE EL PASO, ya que el espacio de la derecha es usado para descender o ascender caminando. No podrá excusarse en que los carteles indicadores de estas normas están en inglés, idioma que no habla y hasta tal vez deteste, ya que, si observa a su alrededor (no está solo) verá que TODO el mundo hace lo indicado. Siga la conducta de los demás y no será víctima de miradas inquisidoras o irritantes. Una vez que haya hecho su camino hasta la boca del subte, NO se quede parado justo allí, otra gente necesita entrar y salir por ella. Desplácese hacia los laterales y espere su servicio. NO es necesario vociferar su destino ni criticar en español a los demás seres humanos que lo rodean. No les interesa, además, pueden saber español. Respete la inscripción MIND THE GAP pintada en la plataforma y manténgase detrás de la línea amarilla. No arremeta para entrar. Deje salir. Puede Ud y su familia ingresar en forma ordenada y en FILA. NO corra y mate por un asiento disponible. No grite y mueva los brazos cual ahogado diciendo “Acá hay uno libre”. Verá que la gente lee, LEE, escucha música o habla animosamente pero SIN GRITAR. No quiera demostrar por todos los medios creados por su imaginación su condición de turista argentino, ni mucho menos pretenda ocultar su nacionalidad y quiera pasar por italiano, español o inglés. Esta es una sociedad multicultural. Saben diferenciar y podrían llegar a preguntar alguna cuestión que lo lleve a la vergüenza o al ridículo. No hable del gol de Maradona, de la mano de Dios, de las Malvinas. Observe y hable con los suyos sin relojear o mirar a los ojos por dos prolongados minutos a la pareja de lesbianas (según sus conclusiones) sentada a su lado. Vive y deje vivir. Londres no es suyo, las Malvinas, por el momento, tampoco.

Supongamos que usted decide salir en la estación Tower Hill y de allí caminar hasta la Tower of London (La Torre de Londres). Abona su ticket de entrada a esta impresionante fortaleza, y ubica su posición en un mapa guía según la lengua de preferencia o competencia lingüística. Seguramente querrá visitar la Torre Blanca o White Tower, el corazón de de la Torre. Una vez allí, se maravillará con las armaduras, cañones, armas de guerra y paredes de roca sólida talladas por las manos de prisioneros hace mil años nada más. Supongamos también que Ud y su familia están tan maravillados con el impecable estado de los objetos allí en exhibición y no resiste la tentación de posar y arrastrar sus dedos por ellos. NO. Gracias a que la gente no los toca, se preservan para la vista de Ud y otros tantos miles de turistas que llegan a este lugar histórico cada año. En nuestro tren de suposiciones, luego se dirigirá seguramente al edificio llamado Waterloo Block, sección que alberga las joyas de la Corona. La entrada se halla custodiada por incólumes soldados. NO haga monerías, no les baile, no les haga nada para distraerlos. No son ciegos, pueden ver notoriamente SU infinita capacidad para dejar claro que es un frustrado payaso de poca monta. Una vez dentro, verá que hay carteles visibles que muestran una cámara fotográfica con una raya roja atravesada. Esta es una señal, un signo, un símbolo (dejamos la diferencia a los entendidos en semiótica) de que no puede utilizar su cámara para tomar fotografías del recinto o las joyas. Esta indicación no significa que usted puede tomar las fotos sin accionar el flash. NO PUEDE con o sin flash, con o sin zoom, con o sin rollo, con o sin memoria suficiente y batería exultante. Le pueden pedir que se retire sin importar su condición de turista y argentino.

Una vez que regrese al mundo de esas callecitas sin igual con autos que vienen y van en ambos sentidos, percátese de las inscripciones que rezan LOOK RIGHT (mire a la derecha) o LOOK LEFT (mire a la izquierda). Éstas le advierten hacia dónde debe dirigir su mirada antes de poner un pie en la calzada. Sea precavido, si bien los peatones tienen prioridad, los conductores confían en SU interpretación de cruzar por las sendas peatonales teniendo en cuenta esas simpáticas palabritas blancas sobre la calle.

Sin por algún motivo decide Ud pasar por el British Museum (Museo Británico), le solicitamos tenga a bien aplicar las mismas normas sugeridas para la Torre (en realidad para cualquier lugar que visite en Inglaterra y el mundo, incluso de vuelta a la Argentina).

Ahora, si una vez que toma como aventura cruzar desde la Saint Paul’s Cathedral al Globe Theatre de Shakespeare mediante el Millenium Bridge y de allí arrastra a su familia a realizar un tour en una embarcación destinada para tal fin por el río Támesis, le solicitamos tenga a bien respetar al guía. Se dará cuenta de que los guías hablan perfectamente más de tres lenguas, castellano incluido. Si, en español, se pide que NO se saquen fotos desde dentro de la embarcación o desde los vidrios que dan al frente de la misma, NO lo haga usted. El guía no se está dirigiendo solamente a los mejicanos, españoles o venezolanos. Usted también habla español por mucho que le pese. Si escucha una instrucción que le resulta comprensible por la simple razón de estar codificada en SU lengua materna, haga caso, se lo están solicitando a USTED también. Cállese y aprenda. Si no le interesa la explicación traducida a SU lengua o cualquiera, permanezca calmo, otra gente le agradecerá el respeto conferido.

Verá que en numerosos sitios históricos abiertos al público puede optar por un guía de carne y hueso al que deberá escuchar sin hacer su propia interpretación en voz alta (sino hágalo solo) o por una audioguía o audioguide. Esta opción consiste en un teléfono similar a un celular en el cual podrá seleccionar el idioma que desea y luego escuchar las explicaciones de acuerdo con una ruta marcada por números. Por ejemplo, si en su recorrido por un museo ve el número 3, deberá oprimir ese mismo número en su teléfono y escuchará la explicación correspondiente. Si no comprende una vez, puede repetir esa sección hasta que logre procesar la información contenida. Una vez que haya culminado su recorrido, deje el audioguide en el lugar para tal fin. El personal a cargo no se lo arrebatará porque da por sentado que será usted quien lo devuelva para ser utilizado por otros turistas. Cabe recordar que el artefacto en cuestión NO se puede llevar como souvenir ya que, al igual que los mapas del subte, no tienen utilidad en otro espacio. Será difícil seguir las explicaciones de la Torre o de Stonehenge (NO está en Londres) en Palermo, el valle de Calamuchita o Bariloche.

Es sabida ya la cuestión de comer en territorio inglés. Simplemente es caro aunque esto no significa imposible. Lo importante es tener un buen manejo del dinero, en especial de las monedas. TODAS LAS MONEDAS VALEN. Las monedas inglesas se hacen valer. También es sabido que es algo irresistible la tentación de comer en aquella cadena de comidas rápidas y con un sabor impersonal representada por un simpático clown y dos arcos dorados. Pues bien, NO es la única opción en el mercado. NO es la opción más barata. NO es comida típica de Gran Bretaña. ¿Ha escuchado hablar del pescado con papas fritas? Dese el lujo de descarriarse de la masa consumista y diríjase a pequeños restaurantes o panaderías desconocidas para usted, los británicos sí las conocen y muy bien, y pida un sándwich de cualquier variedad. No se arrepentirá ya que no solamente le será de agrado a su paladar y estómago, sino que el costo es más bajo comparado con esas hamburguesas con papas y salsas de dudoso origen.

Seguramente tanto usted como su familia quedarán extasiados al recorrer Oxford Street, en pleno corazón comercial londinense. Vivirá una experiencia glamorosa al caminar por veredas que guardan los pasos y chicles de la high society británica. No detener la marcha y apreciar sus exquisitas y refinadas vidrieras es lisa y llanamente un delito. Puede ingresar a los locales de las grandes marcas y preguntar por un precio o retirarse victorioso balanceando una bolsa con un producto dentro (no importa si es una camisa de edición limitada o una remera blanca corta lisa de la colección verano 1990). Lo que sí NO puede hacer bajo ningún concepto es recorrer estas calles una y otra vez cada dos o tres día mientras dure su estadía. NO dedique esfuerzos. NO gaste su tiempo y suelas en recorrer en todos los sentidos posibles estas cuadras si solamente se limitará a mirar, opinar y desear. El tiempo malgastado aquí podría invertirlo en volver al British Museum o en visitar otros de los tantísimos lugares que tiene Londres reservados para usted (no solamente USTED, para todos aquellos que se precien de ser humanos).


Sepa disculpar si hemos dejado algún punto importante sin tratamiento. Simplemente lo que aquí antecede pretende ser una modesta guía sobre temas claves, sería imposible desarrollar todas las reglas de urbanidad, hospitalidad y turismo aquí y ahora.
Esperamos sea de utilidad, y si tiene alguna sugerencia para ser incorporada al presente documento de carácter extra oficial, no dude en contactarse con nosotros a la siguiente dirección de correo electrónico:

argentinosturistas_cuidado@mundotierra.org.ar

Detente

"Detente, sombra de mi bien esquivo,imagen del hechizo que más quiero,bella ilusión por quien alegre muero,dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo,sirve mi pecho de obediente acero,¿para qué me enamoras lisonjerosi has de burlarme luego fugitivo? Mas blasonar no puedes, satisfecho,de que triunfa de mí tu tiranía:que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía,poco importa burlar brazos y pechosi te labra prisión mi fantasía."

Sor Juana Inés de la Cruz